¿Cómo elegir correctamente el aroma?
Elegir correctamente un aroma es una pregunta que nos hacemos todos al adquirir cualquier producto de este tipo ¿Qué olor elijo? Es una decisión importante pero por suerte, no se nos va con ello la vida.
Siempre que comparamos la compra de un producto con otro, por muy diferentes que sean estos, a menudo nos surgen un millón de dudas. Pero la más común es ¿cual es el mejor?. En concreto en este caso la respuesta es sencilla y hasta tonta, «El que más nos guste», ¿verdad?. Pues bien, esto no siempre es así.
Elegirlo parece sencillo, hueles varios y te quedas con el que más te guste; pero esto tan sencillo es lo peor que podemos hacer. Lo correcto es informar al vendedor de qué tipo de aroma buscamos, teniendo en cuenta que se dividen en:
– Dulce.
– Floral.
– Frutal.
– Fresco.
– Especiado.
– Amaderado.
Pongamos un ejemplo, si mis olores preferidos son los frescos y de las opciones que haya en la tienda cojo uno para ver cómo huele sin reconocer en la etiqueta nada que me adelante lo que hay dentro, puede que el experimento no salga bien y que me lleve un chasco que se me quiten las ganas hasta de comprar. Por eso, nuestra recomendación es que por lo menos nos digas qué tipo de aromas son los que te gustan para descartar en un primer momento los que no se ajusten a tus gustos y que la experiencia sea lo más agradable posible.
La otra manera de hacerlo sería un poco más técnica, pero también útil. Esta consistiría en informar al vendedor de cuales son nuestras necesidades o problemas que queremos solucionar con la implantación de un punto aromático en un lugar determinado, es decir, malos olores, anti-tabaco, mascotas, etc.
A continuación te facilitamos algunos ejemplos, para que te sirvan de guía:
– Iris: especial mascotas.
– Frutos rojos: especial tabaco, salas de estar y comedores.
– Flor Blanca: aire limpio, en toda la casa.
– Verbena: especial cocina y baños.
– Soleil de Provence: aire limpio (especial habitaciones).
– Red Delicious: especial cocinas.
– Cotonet: especial textil, armarios, ropa limpia.
– Jazmín Blanco: especial zapateros.
– Entre Uvas y Naranjos: especial humedad.
Realmente, casi siempre basamos la compra en nuestros gustos o en los que conviven con nosotros, es lo más habitual, pero sí te pedimos una cosa ¡cambia de aroma de vez en cuando! ¿Que porqué?, muy sencillo, pasa lo mismo que con el perfume que usamos en nosotros mismos, llega un momento que no lo notas, y te hechas sin piedad, sólo te das cuenta cuando te encuentras a alguien que te dice aquello de… «se te ha ido la mano con la colonia un poquito ¿no? « y ¡zas!, no es tu perfume que huela menos, es tu nariz que se ha acostumbrado al olor y ya no lo identificas.
Esta es la razón por la cual no debes usar siempre el mismo ambientador para tu casa, coche, armario, o incluso, para ti mismo. Si lo piensas un poco, no cambiar nunca, te llevará a echar más cantidad de la que en realidad necesitas, por lo que estás tirando producto innecesariamente, por ende, dinero.
Lo siento, alguien tenía que decírtelo.
Esta última reflexión que has leído, me lleva a pensar en otra cosa simple pero importante, ¿estás usando la cantidad adecuada en tu brumizador o humidificar?. Pero esto da como para otro post.
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